En la última década, los pagos online se han extendido como una práctica segura, cómoda y sencilla. Frente al temor inicial y las complicaciones a causa de conexiones no muy estables o plataformas que requerían demasiados pasos (como los sistemas de coordenadas bancarios) han surgido una serie de facilitadores que los han popularizado, no sólo como sistema favorito de pago en las compras, sino también, y en consecuencia, cada vez las tiendas en línea ofrecen más opciones para que el pago se produzca in-situ.
En muy pocos días Amazon celebrará su Prime Day, con el que pretende hacer una recaudación similar a la del Black Friday, y muchos se apresurarán a tener sus tarjetas preparadas. Efectivamente, el gigante de las compras en línea prefiere el pago con tarjeta, o como mucho con sus tarjetas prepago, a la venta en estancos, supermercados y diversas tiendas, y no le ha abierto la puerta a sistemas como PayPal, el estándar de la seguridad en los pagos online. Cierto es que disponen de su propio sistema, Amazon Pay, pero finalmente, los usuarios prefieren no tener tantos frentes abiertos.
Es por eso que PayPal lidera el sector con un sistema en que sólo facilitamos al vendedor nuestra dirección de email, pero podemos tener registradas todas nuestras cuentas y tarjetas y elegir el método de pago que mejor nos convenga en cada caso. Eso sí, debemos tener en cuenta algunos aspectos, como que un número de cuenta sólo puede asociarse a una ID de PayPal (una cuenta conjunta con el cónyuge sólo podrá ser usada en el PayPal de uno de los dos). También es importante saber que los pagos por productos o servicios se acogen a la protección del comprador, con derecho a devolución del importe en caso de estafa, o exención de gastos de devolución de envíos en muchos casos. También, PayPal se encargará de la conversión de divisas cuando emitamos un pago en nuestra moneda pero el receptor lo quiera en otra divisa, eso sí, el coste de la conversión se lo aplicarán al receptor del dinero.
A propósito de operar con diferentes monedas, existen casos concretos como por ejemplo en el sector del juego, en el que se puede escoger la moneda de preferencia en los casinos online según conveniencia, sin que esta tenga que ser necesariamente la moneda de nuestro país. Las ventajas que tiene esta elección tienen que ver con la cotización de cada moneda o el uso que vayamos a hacer del dinero, si lo vamos a retirar y usar en nuestro país o guardarlo para usar en el extranjero.
También en la línea de las operaciones con dinero a escala internacional, desde hace algunos años los bancos están empezando a facilitar las transacciones en línea eliminando comisiones. Algunos como Evo, BBVA o ING Direct ofrecen ilimitadas transferencias online gratuitas dentro de la Unión Europea (siempre que no excedan un importe total mensual). De hecho, prácticamente cualquier banco tiene un tipo de cuenta en la que, si gestionas todo online o mediante cajero, no genera comisiones.
Cabe resaltar que cuanto más transparente y sencillo sea un método de pago, o más opciones facilite una tienda o servicio online (como las suscripciones a contenido digital o material), más garantías tendrá de no tratarse de un negocio fraudulento. Si la tienda es completamente nueva para nosotros, será interesante que antes de emitir un pago revisemos no sólo si tienen datos fiables de contacto, sino también reseñas fuera de su página web, por ejemplo en redes sociales o buscando directamente en Google.