EL PP DE ALCOY SE RESQUEBRAJA
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16 mayo, 2014ARTICULO DE OPINION DE JUANJO FERRANDO
Solo llevo 5 años siendo festero en Alcoy y de ellos 3 en la junta directiva, ayudando en lo que puedo a mi querida Filà Berberiscos. He podido vivir la fiesta como trabajador, festero y desde la junta directiva organizando con cariño cada acto de la Filà. He disfrutado de varios cargos en mi corta andanza festera y no negaré que estaba ilusionado incluso algo emocionado cuando hice mi primera escuadra, l’arrancà de diana junto a mis mejores amigos o de caballero acompañando al Alferéz, pero lo que más me ha marcado y emocionado, ha sido la visita a Fontilles y visitar el Preventori durante la Gloria.
No sabía que me esperaba en mi primera visita al sanatorio de Fontilles y resultó ser una experiencia enternecedora, muy gratificante. Poder entrar al sanatorio y observar a los residentes esperando junto a sus familiares la llegada de los moros i cristians es inolvidable. Además tuve la ocasión de repartirles obsequios junto a mi Alférez y ver esas caras de gratitud que te dejan una marca perenne en el tiempo.
También he podido acompañar al gloriero de mi fila durante la Gloria del Preventori y aunque reconozco que no soy una persona que se emocione fácilmente, lo consiguieron tanto en el Hogar de San Jose como en el Preventori. A parte de ver a los residentes aguardando con ilusión junto con sus familiares el retorno anual dels moros i cristians y recibir sus obsequios, se me ha quedado grabado, cuando ví a mi mujer intentando que una residente que no se percataba de lo que allí estaba ocurriendo, girase su cara hacia la derecha para que pudiese ver la escuadra de la diana de los moros entre varias mujeres que la tapaban mientras hacían fotos. Al final, a punto de terminar la segunda marcha, la residente que estaba en la esquina más alejada, descubre la escuadra de moros y su cara, una cara impasible en el transcurrir del tiempo, se trasforma en una sonrisa al mismo tiempo que le cogía la mano a mi mujer. En estos momentos, parece que se detenga el tiempo. Cuando salíamos, mi mujer me decía con los ojos llorosos; “qué pena, qué lastima, no me quería soltar la mano, yo no quiero volver más”, aunque los dos sabemos que no es cierto y volveremos.
Aunque no me agrada que el 23 de abril sea un día más, sin celebrar el día de nuestro patrón, sea en fin de semana o a diario, espero que la fiesta no pierda nunca su lado solidario.
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Juanjo, bien venido a la gente con corazón. ahora podrás entender mejor todo el cotarro, aunque a veces no puedas dormir